Hay niños en Aragón que no tienen una vida fácil, que necesitan volver a sonreír y precisan, por un tiempo, de una familia de acogida. ¿Puede ser la suya? José Manuel Casión, jefe del Servicio de Protección a la Infancia y Adolescencia del Gobierno de Aragón, y Pedro Elías Moliner, responsable del Programa de Acogimiento Familiar No Preadoptivo , desgranan para Noticias Jóvenes las características del mismo. Ampliar el banco de familias resulta fundamental. Para solicitar información basta con llamar al 976 234 543.
Noticias Jóvenes (NJ): Cuéntennos en qué consiste el programa y por qué se ha puesto en funcionamiento.

José Manuel Casión (JMC): Consiste en captar, formar, seleccionar familias para poder acoger a niños que necesitan un sitio donde vivir durante un tiempo porque sus familias biológicas tienen alguna dificultad. Necesitamos sensibilizar a muchas familias para que puedan recibir en su casa a estos niños. Desde la DGA, cuando ocurren este tipo de situaciones protegemos a los niños y ayudamos a las familias, tratando de solucionar los problemas de las familias biológicas. Pero si durante un tiempo no pueden estar con sus padres tenemos centros residenciales, aunque preferimos que estén con una familia.
Pedro Elías Moliner (PEM): Es importante recalcar que todo niño tiene derecho a una familia, a poder ser la propia. Pero si esa no puede atenderlo bien hay que buscar otra que dé respuesta a las necesidades del niño y complemente ese déficit. A partir de la Ley de Protección Jurídica del Menor se reconoce el acogimiento familiar como respuesta más adecuada a esta situación de separación provisional. Necesitamos familias para dar respuesta a los niños. Aquí no hay un escaparate, no somos un comercio, no necesitamos familias que vengan a buscar niños durante un periodo determinado como Navidad o Semana Santa. Necesitamos que estas familias estén preparadas, conocerlas y saber qué es lo que pueden hacer mejor porque este periodo puede significar muchísimo en la vida de los niños.
NJ: ¿Esta situación se ha acentuado con la crisis económica actual?

JMC: Todo influye, pero la mayoría de la problemática con que nos encontramos está directamente afectada por la negligencia de los padres biológicos para cuidar a sus hijos. La cuestión económica es un factor más, pero no es lo más importante. De hecho en primer lugar tratamos de apoyar a las familias biológicas para que puedan estar con sus hijos y, si hace falta apoyo técnico o económico, se intenta realizar. Intentamos que un niño no tenga que salir nunca de sus padres por cuestiones económicas.
De cara a las familias acogedoras hay que dejar claro que se trata de una ayuda hacia un niño y hacia una familia. Esto no tiene nada que ver con la adopción. El niño tiene padres y va a seguir en contacto con sus padres. Son familias acogedoras.
PEM: Se trata de hacerles un sitio en su casa, complicarse quizá un poco la vida para que el niño esté bien durante el tiempo imprescindible. Es importante que las familias entiendan que es una entrega por un tiempo determinado. Las familias acogedoras no son sustitutas de la biológica, sino un puente mientras los padres pasan su mala racha. Por eso no se ha notado especialmente la crisis económica. La familia acogedora es como un puente y tienen la sensación de que es un proceso complicado pero que merece la pena porque siempre, al final, tienen la sensación de que han recibido más de lo que han puesto. Normalmente se trata de familias que han llegado a un nivel educativo y de bienestar que les hace sentirse seguros en este sentido.
JMC: Además hay profesionales que apoyan y atienden continuamente a las familias. Tenemos un teléfono de urgencia operativo permanentemente con profesionales que les asesoran. También hay formación continua. Se trata de un proceso continuado, estando cerca de la familia. Hay mucho apoyo detrás.
NJ: Se trata de niños que vienen de familias desestructuradas, con muchos problemas. Aquí el apoyo psicológico es fundamental.
JMC: En algunos casos los niños están afectados por la historia anterior que han padecido. Cada caso es muy diferente, pero partimos de vivencias muy duras y terribles hasta el punto de verse obligados a separarse de sus padres. Esto implica que son situaciones difíciles.
PEM: Es importante que se valore bien la situación de cada niño, ver sus problemas. Para eso tenemos unos equipos especializados en efectuar este tipo de diagnósticos. También se plantea con las familias, técnicamente, en qué va a consistir este acogimiento. Es una labor continua enfocada al apoyo a las familias y a los niños.
NJ: ¿Cómo se decide qué niño va a cada familia?
JMC: Explicar esto por encima es sencillo, pero es complicado en su profundidad. Explicar que necesitamos sensibilizar a la población, captar familias y tener un banco de familias es fácil. Pero explicarles a las familias que después de sensibilizarlas, captarlas y formarlas, no les mandamos un niño a su casa… es lo complicado. Necesitamos tener un banco de familias que nos permita tener un abanico de posibilidades y luego poder encajar perfectamente el perfil de un niño con unas características especiales en una familia con unas características especiales. Hay familias que pueden ser muy adecuadas para un niño de cuatro años pero no para uno de catorce porque no tienen experiencia en adolescentes o porque su forma de enfrentarse a los problemas es diferente. Es preciso ajustar las expectativas y características de las familias y de los niños. Los equipos de profesionales, psicólogos, trabajadores sociales, terapéuticos y de diagnóstico intentan ajustar y acoplar las características de la familia y del niño de forma que las previsiones de error, fallo y dificultad sean las menos posibles.
NJ: Pongámonos en el caso de una familia que quiere entrar en el programa pero, económicamente, no es demasiado boyante. Es preciso aclarar que el Instituto Aragonés de Servicios Sociales también presta apoyo económicamente a las familias acogedoras, en caso de que sea necesario.
JMC: Sí, pero tratamos de huir de que se presente gente porque vaya a recibir una ayuda económica. Cualquiera que tenga dos dedos de frente tiene claro que esto no puede ser un negocio, pero tratamos de que el programa no sea gravoso para las familias. Hay una remuneración mínima para cubrir los gastos de ropa, alimentación y poco más para que, si tienen otros hijos, no salgan perjudicados por entrar en el programa. Es algo que no merece la pena mencionar, porque el esfuerzo es el emotivo, de tiempo y de dedicación. No se pretende pagar el servicio que prestan a la comunidad.
NJ: ¿Cuántas familias tienen ahora mismo en banco y cuántos niños necesitarían una?
PEM: Esto fluctúa a diario porque van entrando y saliendo. Estamos en torno a las cien familias.
JMC: Es un dato cierto, pero también que hace una semana necesitábamos una familia para dos niños y no tuvimos ninguna.
NJ: ¿Debido al perfil psicológico?
PEM: No solo eso. Un niño que ha sido maltratado no puede vivir en la casa de al lado, por ejemplo.
JMC: Además los niños tienen que verse con sus familias biológicas una o dos veces por semana, por lo que no se les puede mandar demasiado lejos. Tenemos un banco de familias que puede ser numeroso pero necesitamos más perfiles. Necesitamos renovar el banco, tener familias más dúctiles. Y hacer campañas promocionales es caro.
NJ: Una vez que el niño vuelve a su familia biológica, ¿se le hace algún tipo de seguimiento?
JMC: Éste es un programa de los muchos existentes en el servicio de Prevención y Protección a la Infancia . Previamente ha habido un trabajo psicológico que ha diagnosticado a todo el entorno del niño y ha buscado otro tipo de posibilidades. Durante el tiempo en el que el niño está fuera se trabaja con la familia biológica para tratar de corregir los déficits que tenían. Además de las leyes y reglamentos tenemos guías de actuación profesional y se les hace un seguimiento con un educador. Siempre hay apoyo.
Fuente:Noticias jóvenes